Felicidad
El ROI de la Felicidad: la Productividad
Felicidad & Productividad: Binomio de éxito
La Felicidad en las empresas es trending topic mundial. Hay algunas que antes de montar la primera mesa de la oficina, ya hablan de su modelo de gestión de personas, si tu organización es una de estas tendrás mucho terreno ganado.
Hay una cuestión que parece imponerse, las mejores empresas para trabajar y, por ello, donde sus empleados son más felices, son las más productivas y de mayor éxito mundial.
Invertir en un sistema organizativo que propicie tener colaboradores más felices, dará como -ROI- resultado personas más productivas.
Sin embargo, algunas de las preguntas que a veces hacemos desde los departamentos corporativos, desde Recursos Humanos o, los propios CEO, son ¿para qué? ¿cuál es el beneficio? ¿cuáles son los costes? ¿mi cuenta de resultados mejorará? ¿si no lo hago, qué ocurre? ¿por qué no quedarnos en sistemas más tradicionales menos arriesgados? y, sobre todo, ¿puedo confiar en mis empleados en este objetivo?
Si vamos a los “Best Place To Work” y vemos las compañías más valoradas para trabajar y después las comparamos con algunos rankings de capitalización bursátil, podemos ver interesantes coincidencias, en ambos encontramos Google, Jhonson & Jhonson, Apple, Microsoft…
Esto no es ya ningún secreto. Muchas de ellas coinciden en lo mismo, son culturas corporativas orientadas a las personas. Culturas que tienden a la transparencia, la colaboración y la innovación tecnológica. Son sistemas naturales de atracción de Talento.
Los sistemas organizativos cada vez son más complejos, debido a las amenazas del mercado, las exigencias de innovación, a la llegada de las nuevas generaciones -Millennials, nativos digitales- etc…
Este nuevo paradigma condiciona un nuevo modelo de relación laboral, donde empresa y colaboradores exigen un entorno más dinámico, que va desde la modificación de los espacios o canales de comunicación, hasta la evolución de los estilos de liderazgo tradicionales.
El reto Millennials: La gestión de la Felicidad
Los sistemas de gestión de personas y el liderazgo han evolucionado y, se nos propone un nuevo reto, ¡gestionar la Felicidad! La frase anterior chirría cada vez más en el mundo de las organizaciones, ¡menos mal!, a lo largo de mi trayectoria la he oído en bastantes ocasiones. En cierto modo, es verdad, a la oficina no vas a ser feliz, vas a ser productivo, a generar beneficios, pero, ¿por qué no conseguirlo siendo feliz?
Hace poco hablaba con un colega, exgoogler y le preguntaba ¿cuántas siestas de relax hiciste en la cápsula? o ¿cuántos partidos de ping-pong jugaste? Su respuesta: siesta ninguna y, reuniones alrededor de la mesa de ping pong, bastantes.
Como comentaba hace poco en una entrevista, ser feliz no es ir por la oficina rebosando felicidad a cada minuto, ni para los Googlers tampoco, pero sí es encontrar aquello que sabes, quieres y puedes hacer y, sobre todo, hacerlo con libertad para que fluya.
En algunas organizaciones la felicidad suele asociarse al ocio o al entretenimiento y, a menudo, se conciben como aspectos enfrentados a la productividad. La sensación de esparcimiento de los empleados deja una percepción estética de relax, de ahí, que muchas organizaciones se decidan por culturas organizativas más tradicionales.
Aunque si le preguntas quizá a alguien de Google o LinkedIn por sus objetivos anuales o KPIS en muchas ocasiones te dirán que estos dejan poco tiempo para clases de yoga o grupos de cocina.
El valor diferencial es que son culturas que impulsan la fluidez de talento y generan mayor “engagement” entre objetivos personales y de compañía. Por lo demás, los empleados también van a trabajar.
Los Becarios de Google
Algunas compañías entienden que la única forma de que los empleados sean más felices es aumentar los salarios. Es un tremendo error y muy caro. Evidentemente, los empleados trabajan por un salario y, cuanto mayor y más justo -respecto del mercado-, mucho mejor, pero la estrategia de personas no ha de girar sólo entorno a los elementos retributivos.
El salario no es un motivador intrínseco, es un elemento de higiene o “profiláctico”, no mejora el estado de felicidad, aunque es necesaria su presencia para preservar el estado de buena salud.
Quizás, algunos de nosotros hemos conocido a personas con grandes posiciones, o incluso a CEO’S con grandes posiciones y grandes salarios, pero tremendamente infelices.
En cambio, sí son factores motivadores el reconocimiento, la promoción, la independencia y la responsabilidad.
Más allá de monociclos, unicornios y lámparas de lava
El objetivo de la cultura de la Felicidad no es ver gente sonriendo por la oficina -que no está nada mal-, sino mantener a las personas en un estado mental positivo de mayor desarrollo y, por tanto, de mayor productividad.
Como indicaba en otro post, a raíz de la colaboración con un blog amigo, cuantas más personas en estado positivo tengas en tu organización, mayor será la productividad.
A este estado Mihaly Csikszentmihalyi -psicólogo experto en psicología positiva- lo denomina, estado de “Flow” o de Flujo. Resumiendo, mucho, el estado de Flow es en el que afloran las fortalezas personales, conectas y haces tuyos los objetivos con libertad. “Es donde el ego se desvanece. El tiempo vuela. Cada acción, movimiento y pensamiento es consecuencia obligada de la anterior, es como tocar jazz”. “El estado de Flujo es estar completamente involucrado en una actividad por sí misma. Todo tu ser está involucrado y, está utilizando sus habilidades al máximo”.
El ROI de la Felicidad, la Productividad
Las organizaciones más rentables son aquellas que invierten en su capital humano. La propuesta de valor para los empleados o candidatos, no puede ser exclusivamente aquellos beneficios o prestaciones sociales, éstos son únicamente eso, una aportación.
Para construir una cultura que incentive la productividad pon el foco en 10 cuestiones clave:
- Transparencia. Uno de los valores más impulsores de la felicidad, no hay nada peor que la incertidumbre. Si los colaboradores sienten, perciben y saben hacia dónde va la organización todo su talento fluirá hacia la consecución de los objetivos.
- Libertad. Construir políticas donde los colaboradores sean más libres, donde puedan decidir cómo invertir su tiempo y sus esfuerzos. Esto generará mayor grado de “engagement” con los proyectos.
- Objetivos y KPIS. Los objetivos estratégicos han de calar a todos los niveles, establecerlos con claridad, fijando KPIS de seguimiento que tenga la suficiente calidad, asegura un entorno de crecimiento, asegurando el rumbo y preservando la buena salud del proyecto.
- Súper Jefes. Tus managers han de ser los mejores. Son los encargados de crear estrategias para alinear objetivos estratégicos con Personas.
- Preserva el clima. Mantener espacios abiertos o vías de comunicación para el debate organizacional genera personas más libres, es un ingrediente esencial para conseguir construir un lugar genial para trabajar.
- Invierte en espacios que favorezcan la interconexión de colaboradores poco conectados y la creatividad.
- Preserva la política salarial. Como vemos es un aspecto higiénico, estudiar las tendencias salariales en cada sector asegurará poder destinar otras políticas de personas.
- Trato justo y conciliación, son algunos de los elementos más valorados en las últimas encuestas de clima por los colaboradores. Percibir que la organización es justa, trata bien a sus empleados y favorece trabajar de forma deslocalizada haciendo a cada empleado responsable de su tiempo.
- Cultura disruptiva. En España, de forma general, no existe una cultura de reconocimiento. Normalmente suelen “castigarse” los errores, pero, pocas veces se premia el logro. Esto es un freno a la innovación. Los colaboradores tenderán a ser conservadores en su capacidad de innovación por el miedo a equivocarse. Construir una cultura de reconocimiento que incentive la innovación, sin miedo al error, arrojará resultados mucho más disruptivos.
- Liderazgo participativo. Construir un estilo liderazgo que logre involucrar a los colaboradores. Los Managers tienen un papel fundamental para movilizar los mejores recursos de cada uno de sus colaboradores.
Cada empleado pasa más de 90.000 horas a lo largo de su vida en el entorno laboral. El desarrollo de una cultura Feliz evitará ir recogiendo “zombis” que resucitar por las oficinas, creedme, ¡son fácilmente identificables!
¡Más vale ser Feliz!