Comunicación interna
Comunicación interna: 3 claves para lograr que sea efectiva
El poder de la comunicación interna es vital para cualquier organización
Hablamos muchísimo del poder de la comunicación externa en una empresa. Sin embargo, la comunicación interna es clave y tiene un altísimo valor aplicada en cualquier una organización.
Estamos ante una herramienta vital, que muchas veces puede confundirse con el sencillo – y también imprescindible – gesto de comunicarse con los empleados para anunciar novedades organizativas, contractuales o relacionadas con las vacaciones.
En realidad, la estrategia de comunicación interna – que debe partir y estar coordinada desde la dirección de la empresa – es justo aquello que se necesita para conectar con todos y cada uno de los departamentos y empleados que forman el equipo humano de la organización.
Según Luis Huete, profesor de IESE Business School, la mayoría de organizaciones no cuentan con una buena estrategia de comunicación interna. Es necesario, eso sí, que el equipo directivo cumpla una serie de requisitos. Y enumera los siguientes: credibilidad, relevancia, novedad y emotividad. Porque al fin y al cabo, es desde la perspectiva de las emociones que uno decide apostar y comprometerse con los objetivos de una organización.
Hoy, además, hemos querido aunar aquellos puntos que los expertos consideran clave a la hora de gestionar la comunicación interna de una empresa.
Comunicación interna: cabeza y corazón
Según Huete, los directivos acostumbran a comunicar “mal y poco”. Uno de los principales problemas que observamos en las organizaciones de hoy tiene que ver con la mala (inexistente o pobre) comunicación que se establece entre aquellos que dirigen y las personas que tienen a su cargo.
Para tejer una buena base para la comunicación interna es importante dirigir nuestros mensajes a la cabeza y al corazón. En primer lugar, porque la cabeza es capaz de procesar los datos y ejecutar acciones. En segundo, porque el corazón se rige por las experiencias y está preparado para reaccionar con los sentimientos. Aquello que nos llega al corazón puede hacer que seamos capaces de ver las cosas de otro modo, cambiar nuestra visión y darnos el empujón que necesitamos para comprometernos: con un proyecto, con una empresa y con un equipo.
Un equipo creíble, un mensaje homogéneo
Ya hemos indicado que la comunicación interna no consiste únicamente en trasladar información puramente organizativa a los empleados. Nada más lejos de la realidad.
Una comunicación interna eficaz nos ayudará, junto con la necesaria transferencia de información, a mejorar la productividad, aumentar el compromiso de los empleados y por último, sacar a relucir un trabajo mejor elaborado.
Para conseguirlo será imprescindible contar con un equipo directivo creíble, unido en una visión y objetivos firmes. Los directivos que formen el proyecto deberán ofrecer a los empleados una puesta en escena y un mensaje homogéneos. Tendrán que ser sensibles y mostrarse sinceramente preocupados por aquello que les inquieta. No hay otra manera de ser más cercanos.
Evidentemente, estos mensajes tienen que ser trasladados con las mismas ideas de base a todos los departamentos de la empresa.
Las ideas claras, los mensajes también
Para que estas ideas centrales vayan asentándose en la cultura de la empresa y en los empleados, es importante aprender a transmitirlas. Las ideas deben ser claras y simples, porque de este modo resultará más sencillo trasladarlas a toda la empresa.
Por eso hay que emplear un lenguaje simple. Los mensajes deben reiterarse tantas veces como sea necesario. E incidir en ellos para que calen.
Así, se recomienda usar todas las vías o canales de comunicación disponibles. Esto incluye el correo electrónico, las newsletters y los blogs, pero sobre todo, deben promoverse las reuniones personales y los encuentros cercanos, también en entornos más informales.
¿Conoces estos 5 consejos para mejorar la comunicación interna en la empresa?
Tanto para comunicados puntuales como para la difusión de ideas de base, es interesante usar la comunicación en cascada. Empezando por el equipo directivo y rodando hacia los colaboradores y responsables, que a su vez tendrán que hacer llegar a todas – absolutamente todas – las personas de la organización.